Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel de los libros. Guy Montag, un disciplinado bombero encargado de quemar los libros prohibidos por el gobierno, conoce a una revolucionaria maestra que se atreve a leer.
De pronto, se encuentra transformado en un fugitivo, obligado a escoger no sólo entre dos mujeres, sino entre su seguridad personal y su libertad intelectual.
Es una fantasía negra, premonitoria y apocalíptica que nos ha ofrecido la literatura de ciencia-ficción.
Los textos son, en definitiva, lo que impide que la ciudadanía sea complaciente y supone un riesgo al poder.
Bradbury nos describe una sociedad en la que los libros y la lectura están proscritos y se persigue implacablemente a todo aquel que tenga interés por la lectura.