En el año 2022, la población de Nueva York, unos cuarenta millones de habitantes, vive en condiciones miserables. Para combatir el hambre se crea un alimento sintético, el soylent green, que da título original al filme, pero el policía Thorn y el viejo Roth, un superviviente de otra época, sospechan que detrás del nuevo alimento hay algo inquietante.

En la construcción del futuro, se dibuja poco a poco un entorno terrorífico, estratificada en dos segmentos, la sociedad de una élite pudiente que vive en apartamentos de gran lujo y tiene acceso a comida de primera calidad y una masa emprobecida que duerme allí donde puede.
Las iglesias dejaron de ser lugares de oración, para dar lugar a la cita semanal en el que las autoridades hacen el reparto del preciado alimento, un momento éste que da lugar a una de las secuencias más aterradoras del filme.
El soylent green sirve como frontera divisoria entre los “ricos” que disfrutan de productos cada vez más escasos como carne de buey, verduras frescas o mermeladas, y los “pobres” se hacinan en las escaleras de los edificios.