La vida de Craig Schwartz está llegando al final de un ciclo. Craig es un marionetista callejero con un gran talento, pero él tiene la impresión de que su vida carece de sentido. Nueva York ha cambiado mucho y la gente no le presta mucha atención.

Lleva diez años casado con Lotte, que trabaja en una tienda de animales y está obsesionada con su trabajo. Él consigue trabajo en la planta 7'5 del edificio Mertin-Flemmer de Manhattan, donde encuentra una pequeña puerta que le permite el acceso a un pasillo secreto que le aspira y que le permite acceder al cerebro de John Malkovich.

Hay mucha simbología dentro de la historia, como las marionetas o el túnel que lleva a Malkovich, que es, como dice Cameron Díaz la vagina de Malkovich por la que se accede a una nueva vida.
El cine americano, padece una falta de ideas, la originalidad parece haberse ido de vacaciones, aunque este film, distinta a cualquier otro y lleva a cabo con maestría tanto por el director como por el plantel de actores una película distinta.